¿Qué es y cómo afrontar el «brainstorming»?

   A menudo las ideas aparecen en nuestra mente de una manera desordenada. Se nos ocurren ideas sueltas para determinadas escenas, algunos rasgos aleatorios para nuestros personajes e, incluso, partes clave en la trama principal que intentamos recordar con todas nuestras fuerzas porque nos encantaría introducirlas en nuestra historia. Todas estas ideas, que generalmente suelen llegar como un torrente cuando estamos planificando nuestra novela, es lo que se conoce como brainstorming.

   Es uno de los procesos más divertidos, o al menos a mí me lo parece, a la hora de planificar nuestra novela. Las ideas empiezan a tomar forma y vida propias y nuestra labor en ese momento consiste en recogerlas todas para evitar que no se escape ninguna. Muchas de ellas pueden llegar de ataques de inspiración (ver este post para más información) y es muy importante tenerlas siempre a buen recaudo.

   El brainstorming no se produce únicamente a la hora de escribir novelas. En los trabajos de clase, las exposiciones, los discursos, incluso cuando queremos pedir algo en casa, nuestra cabeza crea una tormenta de ideas para poder afrontar la situación lo mejor posible y crear un texto o discurso completo y fructífero.

   Sin embargo, junto con esa tormenta de ideas llega, como ya os podéis imaginar, el ordenarlas para que hilen todas unas con otras con coherencia, de manera que puedan aprovecharse al máximo. Para hacer esto más llevadero, os voy a explicar qué hago yo durante la etapa del brainstorming de una novela.

1. Ten una libreta a mano SIEMPRE. No tenéis que llevar una libreta de tamaño DIN A4 a todas partes (más que nada porque pueden llegar a ser un poco incómodas), pero sí podéis llevar una libretita de estas pequeñas con las páginas totalmente en blanco. De hecho, os recomiendo que no tenga páginas cuadriculadas ni lineadas. ¿Por qué? Os será más sencillo a la hora de aplicar el siguiente consejo.
2. Escribe cada idea que se te ocurra y métela dentro de una figurita para diferenciarla del resto. Esto puede parecer una tontería, pero si tienes todas las ideas escritas a modo lista o pegadas unas al lado de otras sin orden ni control alguno, cuando quieras echar mano de esa idea tan buena que tuviste en el autobús mientras volvías de clase, te va a ser muy difícil encontrarla. La memoria se resiente menos con algo tan sencillo como meter la idea en un círculo o en una nube, por ejemplo. Es algo que facilita el ejercicio visual y que os será también muy útil para el siguiente paso.
3. Une las ideas que traten sobre el mismo concepto con flechas bien claras e identificables. Puedes usar lo que quieras, aunque yo siempre recomiendo rotuladores de diferentes colores. El realizar uniones de ideas mediante flechas nos ayudará a organizarlas en el orden en el que queremos que aparezcan en la novela o, incluso, en el orden en que queremos desarrollarlas en los esquemas cuando la estemos planificando. Volvemos al mismo truco: agilizar la memoria por medio de estímulos tan sencillos como flechas de colores.
4. Realiza un árbol de las ideas a partir de todo lo anterior. Este es el último paso que yo os recomiendo para concluir con el brainstorming. De cada idea “madre”, por así decirlo, saca ramas formadas por las ideas que has enlazado a esa primera idea. Así, como si fuera un árbol genealógico de ideas, tendrás de regalo una visión clara de si dichas ideas pueden conformar sub-tramas dentro de la idea principal.

El proceso de brainstorming puede ser uno de los más divertidos a la hora de escribir una novela, como os he dicho. La verdad es que ver que la historia poco a poco va tomando forma con unos pasos tan sencillos hace que la labor de ponerla sobre papel sea mucho más ligera y llevadera, puesto que el trabajo duro también ha sido ameno.

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Un saludo desde mis estanterías,

May López